Juro que pensé que no viviría para ver el día en que un ser humano fuese curado definitivamente de SIDA, y me alegra mil veces el haberme equivocado, ya que se confirmó la cura por completo de esta persona, mediante un transplante de células madre, hace tres años atrás.
Esto fue una apuesta, un doble o nada, ya que este tratamiento consistía en el transplante de células madre a la médula del paciente, tratamiento que en un principio fué para tratar la leucemia que tenía provocada por el mismo tratamiento de drogas para frenar el sida.
Éstas células madre provenían de un paciente que tenía una mutación que lo hacía inmune al VIH y, aunque el trasplante tiene una muy alta mortalidad (dos de cada tres mueren), en Berlín siguieron adelante con el tratamiento.
Pasó que tres años mas tarde, el inexistente sistema inmune que tenía el buen Timothy se repobló con el trasplante y despues de muchísimas pruebas se concluyó que, como un efecto secundario del tratamiento para la leucemia, se sanó completamente del SIDA.
Que maravilla el poder ser testigo de este tipo de sucesos, bien por la ciencia!
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