Las películas de Disney y Pixar han marcado nuestra infancia pero también nuestra adolescencia. Para ver Up no se necesita tener menos de 15 años porque es una pequeña obra maestra que se ha ganado el corazón de pequeños y mayores. De hecho, todos hemos soñado con tener una gran cantidad de globos y poderlos atar a una casita perfecta para poder sobrevolar el mundo. Pero no, eso solo ocurre en las películas. No, también ocurre si te llamas Erik Roner y cambias la ideal casa por una hamaca.
Esto es lo que consiguió con 90 globos y 50 tanques... ¡ascender hasta casi los 2.500 metros!
Esto es lo que consiguió con 90 globos y 50 tanques... ¡ascender hasta casi los 2.500 metros!
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Varios amigos del esquiador se reunieron con él para ayudarle a inflar los globos y preparar su propia escena de Up. No buscaba las cataratas Paraíso pero desde allí arriba se dio cuenta de lo tranquila y bonita que es la Tierra.
Cuando los globos ya empezaban a vencer a la presión y se iban reventando, decidió echar mano de su escopeta y él mismo los iba explotando para empezar el descenso. Le dijeron que a lo mejor se asustaría y comprobó que sí, que daba un poco de miedo.
La bajada fue más bien rápida y cuando ya no quedó ningún globo se deshizo de su cómodo asiento para volar para acabar llegando a tierra con un paracaídas.
Un experimento que, seguro, muchos también hubiésemos querido llevar a cabo pero Erik está acostumbrado a los riesgos así que mejor no probarlo en casa.
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